2013-2025: Doce años de auge y destrucción del “Paisaje Tetuán”

Aunque la Huerta de Tetuán se mantendrá de momento, un vistazo a lo acontecido en la última década evidencia que apenas quedan ya intervenciones del proyecto impulsado en su día por el Ayuntamiento de Madrid


Allá por octubre de 2013, el artista urbano Suso 33 dejaba su impronta en una mediaría de la calle de Pamplona, en la que sería la primera intervención del “Paisaje Tetuán”, un programa impulsado por el Área de las Artes del Ayuntamiento de Madrid y gestionado por Intermediae, que buscaba mejorar el panorama urbano del distrito a través de intervenciones de carácter artístico y recuperación de espacios baldíos. El proyecto

A las célebres 'ausencias' del grafitero criado en Tetuán pronto se le unirían otros murales en Marqués de Viana, una pérgola en Leopoldo de Luis, un huerto en Matadero y una estructura cilíndrica –el Hypertube– en Hierbabuena: doce años después, casi todas esas intervenciones han desaparecido, y alguna, como la Huerta de Tetuán, tiene ya fecha de caducidad tras la notificación municipal de desalojo recibida hace unos meses, pese a que desde la Junta Municipal se ha aprobado su mantenimiento hasta que se lleven a cabo unas futuras obras aún no planificadas en el solar.

Apenas un año después de aquel octubre arrancaba la “fase 2” de “Paisaje Tetuán”, enfocada en la difusión y la participación ciudadana. En ella se diseñaron actividades y se trazaron unas rutas para conocer “las intervenciones artístico-paisajísticas” que fueron presentadas por Paloma García Romero, entonces concejal de Tetuán –y actual delegada de Obras y Equipamientos–, y por el director general de Patrimonio Cultural.

Adiós al ‘Hypertube’ y a dos murales

Esta fase también incluyó nuevas actuaciones, como el mural de la “Dríade”, obra de David de la Mano y Plablo S. Herrero, que recorría toda la fachada del Mercado de Tetuán. Pintada en septiembre de 2014, sería una de las primeras piezas en caer, coincidiendo con la reforma integral que llevó a cabo el histórico mercado.

No obstante, antes de aquel borrado el “Paisaje Tetuán” ya había sufrido otras bajas, alguna de ella provocadas desde el lado menos esperado, como fue el caso del Hypertube. Esta estructura de tubos de hormigón en la confluencia de Hierbabuena y Nuestra Señora del Carmen, planteada como “un espacio de encuentro” por los colectivos PKMN y Taller de Casquería, fue desmantelada en 2016 por la Junta Municipal. El empeño de un grupo de vecinos y una “promesa electoral” acabaron arrumbando esta insólita actuación, pese a las llamadas al diálogo de los autores para una reformulación “constructiva, desprejuiciada y no politizada”.

Casi simultáneamente, el inquietante mural “Mujer viajera”, del artista San, en una de las medianerías de Marqués de Viana, se cegaba para siempre por la construcción de un nuevo bloque en el solar contiguo. A nadie se le ocurrió reemplazarlo en algún muro sobreviviente.

Venta del solar de “Ganando Metros”

Peor fue el periplo de “Ganando Metros”, un pequeño solar municipal de uso libre para disfrute vecinal, ubicado entre Berruguete y Lope de Haro. Los colectivos Zuloark y Basurama diseñaron este ágora de madera y allí se desarrolló un programa de actividades hasta que, en 2017, operarios municipales rompieron el candado y comenzó una nueva etapa donde la participación se dificultó. Luego el Ayuntamiento rechazó una propuesta para su reactivación en los presupuestos participativos y, poco después, puso en venta el solar, donde hoy se levanta un bloque de viviendas “innovadoras y sostenibles”.

El resto de intervenciones tampoco ha corrido mucha mejor suerte: los murales Compartiendo muros, en el polideportivo Playa Victoria, y el Muro de la Convivencia, la obra de Boa Mistura en Matadero, han sido periódicamente vandalizados; el proyecto Ventanas a Tetuán, de Bea Burgos, fue mutilado en varias de sus ubicaciones al ritmo de las reformas y derribos de las fachadas donde se ubicaban; y en Marqués de Viana ha desaparecido uno de los grafitis geométricos de E1000 –el otro languidece descolorido– mientras que de la fantástica obra de Borondo que representaba un hombre y una mujer de espaldas hoy sólo perdura la figura femenina: la del hombre ha quedado grotescamente oculta tras una capa de pintura.

Por último, la pérgola, el muro verde y los versos en las paredes de la Plaza del Poeta Leopoldo de Luis se fueron perdiendo en los sucesivos parches que ha ido acumulando el espacio, actualmente –otra vez– en obras.

En definitiva, de aquel floreciente proyecto municipal, cuya Huerta de Tetuán acabará inevitablemente desraizada a medio plazo, sólo permanecen las 150 cámaras de vigilancia ideadas por Spy en Almortas, y, en Bellas Vistas, las sombras iniciales de Suso 33, unas “ausencias” que rinden hoy un metafórico e involuntario homenaje a las intervenciones caídas del “Paisaje Tetuán”.


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