Polideportivo de Cuatro Caminos: una historia llena de esperas y marchas atrás

Tras el anuncio de que las obras para la construcción del futuro centro deportivo municipal en Cuatro Caminos comenzarán en unas semanas, los vecinos de este barrio y los de Bellas Vistas ven un poco más cerca un equipamiento largamente esperado. Unos vecinos que hasta ahora no han tenido suerte con un polideportivo que el Ayuntamiento de Madrid lleva prometiendo desde hace al menos una década, y que los continuos retrasos y cambios de Gobierno municipal han convertido en meros anuncios y papel mojado: salvo por los crecidos matojos, el solar de Bravo Murillo, 107 luce hoy prácticamente igual que como estaba tras el desmontaje de las antiguas cocheras.

Fue la alcaldesa Ana Botella quien, a finales de 2014, aprobó el primer anteproyecto de la instalación, cuya obra y explotación posterior se cedería a la iniciativa privada. Semanas antes de las elecciones de 2015, el equipo de Gobierno municipal dio luz verde a un polideportivo de unos 7.000 metros cuadrados repartidos en siete plantas –cuatro más de las previstas inicialmente–, con piscina olímpica, salas multiusos, fisioterapia y pistas de pádel en la cubierta. El concesionario asumiría el coste de las obras a cambio de gestionar el recinto durante 40 años.

Dicho proyecto estaba en fase de información pública en el momento de las elecciones de 2015, que erigirían a Manuela Carmena como nueva alcaldesa. Con el cambio de signo político en el Ayuntamiento, el nuevo equipo municipal no llegó a convocar el concurso para la actuación y planteó un nuevo proyecto que, siguiendo las recomendaciones de la Universidad Popular de Bellas Vistas, repensaba la instalación como un espacio cívico además de deportivo, y de gestión municipal directa. No obstante, pese a contar con sendas partidas en los presupuestos de 2017 y 2018, el plan para el polideportivo apenas avanzó hasta que, en abril de 2019, el Gobierno de Carmena aprobaba un contrato de obras por 10,6 millones para la construcción del recinto, cuyos trabajos deberían comenzar al año siguiente.

Pero, de nuevo, las elecciones se cruzaron en el camino de los vecinos, y la llegada en mayo de José Luis Martínez-Almeida a la alcaldía significó una nueva marcha atrás y un nuevo cambio de criterio, ya que el polideportivo volvería a construirse y a explotarse de manera indirecta y desaparecían elementos como la pista para deportes de equipo. Finalmente, en enero de 2022 el Ayuntamiento aprobaba el contrato de concesión, tras dar luz verde al anteproyecto elaborado por el Área de Obras y Equipamientos. Una concesión que ha recaído en la empresa Eductrade y que, según parece –la historia previa del equipamiento nos hace ser precavidos–, comenzará a primeros de 2023 unas obras que durarán un año y medio, y explotará posteriormente la instalación durante otros 23.

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