Los colegios de Tetuán, ante la pandemia: así han evitado la propagación del virus

El pasado febrero llegó a haber 1.311 aulas confinadas en toda la región, un 2% del total


El pasado 10 de febrero había 1.311 aulas confinadas por la covid-19 en la Comunidad de Madrid, y 30.365 alumnos en cuarentena, según los datos ofrecidos por el Gobierno regional. Las cifras representaban el 2,01% de las más de 600.000 clases madrileñas y el 2,25% del total de estudiantes, y suponían el punto más alto en la incidencia del virus en el ámbito escolar, que había repuntado con fuerza tras las vacaciones escolares y el temporal ‘Filomena’, a rebufo de la tercera ola. La previsión, no obstante, es que desde entonces, tanto los contagios como las aulas confinadas comenzaran a amainar, en sintonía con el descenso de la curva.

Pese a este incremento en el primer mes de clase del año, los bajos porcentajes de aulas confinadas, y el casi nulo cierre de centros escolares desde el pasado septiembre, indican que las autoridades acertaron al apostar por el regreso a las aulas en este curso, tras el confinamiento de marzo de 2020.

No obstante, la decisión supuso toda una prueba de fuego para los centros educativos de toda España, que se vieron obligados contrarreloj a adaptar sus instalaciones y rutinas a los protocolos de prevención del virus para convertir las aulas en espacios seguros, tanto para los alumnos como para los profesores y empleados del ámbito educativo, sin que se viera mermado el aprendizaje de los alumnos.

Protocolos y adaptación

Hemos preguntado a los colegios públicos y concertados del distrito, así como a institutos y escuelas infantiles, cómo se han adaptado a las consecuencias de la covid-19, y qué medidas han puesto en marcha, tanto para la seguridad como para la enseñanza.

“Hemos tenido que poner en marcha en muy poco tiempo un plan de contingencia sanitario que ha sido un éxito, pese al temor que había por parte de los padres al inicio del curso escolar. Con la práctica del día a día las familias han confiado en nosotros y nos han felicitado por el buen trimestre pasado”, explican Almudena Menéndez Suárez y Cristina Vallejo Ramos, directoras pedagógicas de Secundaria y Primaria del Colegio Divino Corazón (Divino Redentor, 55).

El director general del Colegio Patrocinio de San José (Edgar Neville, 24), Fabián Torres, también detalla algunas de las medidas: “Reducción del número de alumnos por aula, habilitando 11 nuevos espacios; dotación de cámaras y micrófonos para poder impartir clases híbridas en las aulas de 3º y 4º de la ESO y Bachillerato, y escalonamiento de entradas y salidas”. Además, los protocolos conocidos, como “la ventilación, las medidas higiénico-sanitarias o la sectorización de patios y comedores”.

Por su parte, Roberto Carpintero, director de la ESO del CEIP San José (Marqués de Viana, 43), explica que “se han establecido horarios diferentes de entradas y salidas, así como puertas diferentes, para evitar las aglomeraciones. Además, se ha reducido el número de alumnos por clase, y se han establecido protocolos de higiene, tanto para desinfectar –manos, mochilas, clases, baños…– como para ventilar las aulas, ayudado por medidores de CO2 o el uso obligatorio de mascarillas”.

Pero, junto a la prevención, tampoco se ha descuidado el fundamental aprendizaje: “Hemos tenido que dar respuesta a una enseñanza en la que se garanticen los contenidos, pero cambiando la metodología. E innovando a través de las nuevas tecnologías que ofrece la plataforma Google for Education o Educamadrid. se ha conseguido que todas las etapas, desde Educación Infantil hasta Secundaria, unifiquen la metodología”, añaden desde el Divino Corazón.

Escuelas infantiles

Los primeros en regresar a las aulas tras el confinamiento de la primera ola fueron los más pequeños: la Comunidad de Madrid abrió sus escuelas infantiles ya en julio. Fue el caso de Los Gavilanes (Tiziano, 7), que durante este tiempo ha ido adaptando los protocolos sanitarios para conjugar el aprendizaje y la diversión de los niños.

“Como todas las escuelas, tenemos las ‘unidades de vida’, de manera que hemos habilitado aulas y patios para que se pueda disfrutar de las actividades y materiales propuestos, y así evitar los contactos con las otras unidades. Les ofrecemos las mismas experiencias que antes de la pandemia, pero en pequeña escala. Desinfectamos cada día materiales y espacios, cambio de calzado exclusivo para la escuela, toma de temperatura, lavado constante de manos…”, explican desde el equipo educativo del centro.

Por su parte, la Escuela Infantil Betaria (Padre Rubio, 14) colgó en su web los protocolos diseñados por la Comunidad de Madrid y las medidas sanitarias tomadas en las instalaciones, y se informó de la responsabilidad de las familias para minimizar el riesgo de contagio. También estableció un listado con las obligaciones del profesorado, entre ellas limpiar sus puestos y utensilios, no compartir nada que no se pueda desinfectar o la recomendación de traer abrigo o chaqueta de uso exclusivo en el centro para salir al patio.

Institutos y CEPA

En lo que atañe a los institutos de Educación Secundaria, desde el IES Jaime Vera (Infanta Mercedes, 47) se ha trazado un “plan de contingencia, que afecta y es de obligado cumplimiento para todos los miembros de la comunidad educativa, destacando principalmente la información y formación en las medidas de prevención”, explican desde el centro.

Entre dichas medidas cabe citar las entradas y salidas escalonadas, ventilación de aulas o la personalización de mesas y sillas; además, todas las aulas disponen de gel hidroalcohólico, producto desinfectante de superficies y papel de limpieza; se han separado los espacios en el recreo y señalizado los pasillos; por último, se ha establecido la semipresencialidad en las aulas y organizado préstamos de ordenadores y tablets, y se ha impulsado el aula virtual para la participación de la comunidad educativa.

Por último, el Centro de Educación de Personas Adultas (CEPA), situado en Pinos Alta, 63, también tuvo que adecuar sus instalaciones y sus procedimientos. Su directora, María del Mar Millán, explica que se ha llevado a cabo “una reorganización del centro, tomando las medidas adecuadas: geles, medición de temperatura, ventilación, cartelería, separación en las aulas, medidores de CO2, alfombras desinfectantes en la entrada… además, hemos aplicado la semipresencialidad en aquellos grupos más numerosos, reducido el número de reuniones presenciales y eliminado descansos, para evitar que los alumnos se concentren en grupos. Por último, se han realizado los horarios de grupos y profesores, intentando en la medida de lo posible que permanezcan en el centro lo imprescindible”.



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