Arturo Martín, docente y poeta, vive desde hace medio siglo en Tetuán
El vecino que ha puesto letra “pacificista” y “cervantina” al himno de España
David Álvarez, 11 de noviembre de 2025
Cansado de los lo-lo-lo-lo de los estadios y de las diversas tentativas oficiales infructuosas, Arturo Martín Vega, docente, poeta y vecino de Tetuán, se ha aventurado a escribir “una letra que podría ser idónea para la música del himno nacional”. Y sin más preámbulos, nos envía la composición en la que ha trabajado los últimos años, cuatro estrofas que dicen así:
Días después, Arturo Martín charla con ‘Tetuán 30 días’ para contar cómo fue el proceso: “Leí bastante letras anteriores, y algunas me parecían disparatadas, que no se ajustaban a la sensibilidad española, o rollos políticos espantosos, que aludían al estado de las Autonomías...”, explica. “Mi idea era reflejar la historia de todas las épocas y plasmar nuestra particularidad, como el francés, que hace hincapié en su revolución, o el estadounidense, que es muy guerrero, porque valora mucho la seguridad”.
Este tetuanero desde hace más de medio siglo, que ha vivido en la calle de Palencia, luego en Estrecho y ahora cerca de la Glorieta de Rocío Dúrcal, tiene claro que es difícil que su letra pueda gustar a todos, o captar la sensibilidad de la mayoría. “Escribir un himno es complejo, hay que meter muchas ideas en pocos versos. El mío es pacifista, optimista, habla de solidaridad, de ayuda mutua, y de quien mejor representa la idiosincrasia española, Cervantes, que además escribió la mejor novela de todos los tiempos”, añade.
“Cambié las palabras mil veces”
Martín ha trabajado durante casi 30 años como profesor titular de la Universidad Carlos III, en cuya Facultad de Biblioteconomía y Documentación daba clases de Fuentes de la Información hasta el curso pasado, cuando se jubiló por unos problemas de salud. También ha impartido estudios de literatura creativa y publicado varios libros de ensayo y poesía.
En los últimos años, sin embargo, ha sacado tiempo para ir confeccionando las estrofas de su himno nacional: “Cambié las palabras 1.000 veces, porque el léxico es muy importante y no quería usar un lenguaje muy técnico o popular. Había que calibrar bien la cultura general de quien lo va a escuchar”, explica.
Asegura Arturo que, si en el futuro hay posibilidad de presentarlo a un concurso oficial, lo hará, aunque no se hace ilusiones. De momento, lo ha registrado como propiedad intelectual. Lo que tiene claro es que, si no puede ser el suyo, que sea otro. “Me parece un disparate dejarlo sin letra”, concluye.



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