Un paseo sin dirección

Año 1985. El Plan General aprobado en aquel entonces ya contemplaba la remodelación del paseo de la Dirección. Sin embargo, no fue hasta 2007 –es decir, 22 años más tarde– cuando se dio luz verde al proyecto de urbanización de esta zona de Tetuán: se ponía por fin en marcha el Plan Parcial de Reforma Interior del APR 06.02.


Hoy, otros cuatro años después de esa aprobación definitiva para su reforma, las obras están paralizadas y nuevamente se vuelven a acumular retrasos. Es cierto e indiscutible que la crisis económica que padecemos ha afectado a la gran mayoría de los sectores, principalmente al de la construcción. Un hecho que ha provocado que, una vez puestos en marcha, proyectos como el del paseo de la Dirección estén sufriendo las consecuencias inevitables de esta difícil coyuntura y hasta la fecha únicamente se haya ejecutado un 20% de la totalidad de las obras.


Ante la paralización de los trabajos de reforma, los vecinos afectados por los mismos han elevado su voz para quejarse del estado de abandono que existe en la zona: zanjas abiertas, material apilado, calles cortadas al tráfico, suciedad... y, por supuesto, allí sigue la infravivienda; increíble que en pleno siglo XXI haya personas que malvivan en estas lamentables condiciones.

Además, en este asunto –al igual que ocurre con todos los demás– las versiones políticas tampoco coinciden. Para los grupos de la oposición los plazos de finalización de las obras no se van a cumplir –la fecha prevista es el 14 de marzo de 2013, con una posible prórroga hasta septiembre de ese mismo año–, e incluso hablan de especulación y de servir a los intereses económicos de unos pocos; por su parte, para el partido gobernante no hay ninguna duda de que los plazos firmados y que se han marcado con la empresa concesionaria (Dragados) se cumplirán.

Como siempre, unos y otros no se ponen de acuerdo, y los grandes perjudicados vuelven a ser los ciudadanos, en este caso los vecinos del paseo de la Dirección y alrededores. Cierto es que cuando se acabe esta remodelación, que bien puede llamarse “El Escorial de Tetuán”, la nueva decoración, vanguardista y modernista, se habrá llevado para siempre la imagen actual, para nada acorde con los tiempos que corren. Pero mientras llega ese día toca seguir sufriendo las molestias y los inconvenientes actuales; los vecinos, lógicamente, no los políticos.

En otra parte del distrito algo parecido les ocurre a quienes residían en la calle de Mariano Fernández, en el número 6, cuyo edificio se derrumbó el 21 de enero del año pasado. Siguen pagando facturas, también han tenido que pagar a técnicos, abogados... viven de alquiler, y lo peor es que su caso ya no merece la atención que en un principio generó la noticia: se sienten solos e indignados.

Duras situaciones en un distrito que ha evolucionado mucho, pero que para quienes lo conocen a fondo todavía ha de dar un paso más para acabar con estas realidades, que parecen más propias de épocas pasadas.


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