De esposas a heroínas: las ‘Mujeres de papel’ llegan al Úrculo

Exposición sobre la presencia femenina en los tebeos, hasta el 4 de abril

Dos centenares de personajes femeninos saltarán este mes de los tebeos y cómics a las paredes del Centro Cultural Eduardo Úrculo (Plaza Donoso, 5), para celebrar el mes de la mujer. Se trata de la muestra ‘Mujeres de papel’, un homenaje que desde el 4 de marzo expondrá cómo ha cambiado el rol femenino en las historietas, desde madres y esposas abnegadas a convertirse en protagonistas y heroínas.

Jorge Riobóo y Luis Conde, coleccionistas de tebeos y periodistas jubilados de TVE, han organizado esta muestra, que se expuso por primera vez en 2018 en la Plaza Mayor de Salamanca y cuyo éxito llevó a prorrogarla durante unos meses en la Biblioteca ‘Torrente Ballester’.

‘Mujeres de papel’ se divide en seis bloques: niñas y animales hembra; parejas, novias y esposas; domésticas y amas de casa; independientes y aventureras; hadas, brujas y románticas, y heroínas y superheroínas.

De doña Jaimita a Betty Boop y Barbarella

En los años 40 nace la historieta femenina, con personajes como Anita Diminuta, Minnie Mouse o La pequeña Lulú. En la siguiente década las mujeres asumen ese rol secundario de novia eterna o esposa resignada, en los que únicamente acompañan al protagonista. Es el tiempo de las Olivia, Jane, Sigrid o Lois Lane. En cambio, en las historietas de grupos o de familias, la mujer era representada como dueña del hogar –y todas, además, coincidían en ser mandonas y cascarrabias–: Ma de Katenhammer, Doña Jaimita, mujer de Don Pantuflo en ‘Zipi y Zape’, Daisy Donald, ‘La familia Ulises’, ‘La familia cebolleta’...

Otro de los papeles de las mujeres en los tebeos era ser hadas o brujas, como el Hada azul de Pinocho o la bruja de Blancanieves.

En España se hicieron muy famosos los cuadernillos de ‘Azucena’ con más de 1.200 títulos, y posteriormente se popularizaron revistas juveniles como ‘Esther y su mundo’, ‘Lily’ o ‘Gina’, donde las estrellas de la televisión y del cine se convirtieron en los ejemplos a seguir. Betty Boop, Valentina, Sheena, Doña Urraca, Florita o Mariló fueron las primeras que mostraban a la mujer como liberada e independiente, enfrentándose al orden social establecido. Que estos personajes triunfaran supuso una revisión del rol de las compañeras de los héroes, que poco a poco se fueron transformando en imprescindibles.

Por último, cuando el mundo de los superhéroes masculinos se vio copado, empezaron a crearse heroínas femeninas, cuyos mayores exponentes son, sin duda alguna, Barbarella y La Mujer Maravilla o Wonder Woman. Sin embargo, un símbolo feminista sin parangón es Mafalda: aquella niña contestataria, que ha hecho reflexionar con sus tiras a lectores de todo el globo, sin importar la edad o el sexo.