Un alto muro cierra la corta calle Paravicino. Allí, desde hace dos semanas, se acumulan sillones, sillas, placas de obra, zapatos, plásticos, cubos, cartones, colchones, maderas, bases de ducha, textiles, maletas, etc.; algunos objetos desaparecen, sin intervención de los servicios municipales, y otros aparecen cada día. El vecindario ha enviado avisos para su recogida y para la limpieza de la zona, en la que, ocultándose tras ellos, se han llevado a cabo actividades con riesgo sanitario y de seguridad.
Los avisos no han dado resultado. Sólo han contestado a una reclamación contra esa indolencia diciendo que, "para mayor rapidez", se reenviaba... al sistema de avisos. La Asociación de Vecinos Cuatro Caminos-Tetuán ha informado a responsables de la Junta de Distrito, sin resultado. Esta degradación de la calle se retroalimenta con un grave problema de seguridad vecinal al que nos enfrentamos.
Hay personas que, sin sentido de la convivencia y en muchos casos no residentes en esta calle, tiran aquí esos objetos. Frente a ello, el Ayuntamiento debería tomar medidas educativas, de vigilancia, de identificación y de sanción. Pero la más urgente y sencilla es que los servicios municipales cumplan su función de recogida y limpieza, por la dignidad de la calle, porque suciedad llama a suciedad, por higiene, por seguridad. Esa es la tarea institucional que debe atender la Junta de Distrito.
El fondo de la calle es poco visible desde fuera, pero existimos. Si esos trastos estuvieran en Jerónima Llorente, Bravo Murillo o Leñeros no durarían allí dos semanas. ¿Tenemos que hacer visible este problema fuera de nuestra calle? Los responsables políticos y técnicos de los servicios municipales deben cumplir sus tareas. No queremos conflicto, sino solución. Pero se agota nuestra paciencia.
Grupo de vecinas y vecinos de Paravicino (3, 6, 9, 12, 14) y Joaquín Arjona (salida trasera a Paravicino)
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