Los bomberos de Madrid, al límite

“El alcalde se cierra en banda, y las vías de negociación se agotan”

Dicen que su situación, laboral y la de todo el servicio, ya era mala antes de que entrara Gallardón, pero que desde que este tomara las riendas del Consistorio madrileño, en 2003, “las cosas empezaron a degenerarse”.
Los bomberos de Madrid se han dejado ver por el distrito en diversas ocasiones, aprovechando la visita del alcalde a alguna inauguración. En el parque de bomberos de La Ventilla, desde hace tiempo una pancarta alerta sobre la falta de efectivos.
Es en el de Santa Engracia donde nos reunimos con el bombero especialista y delegado sindical de CCOO Julio César Seguí, que pone de relieve “la deficiente gestión de todo: los modelos organizativos son decimonónicos; la gestión del personal, ineficaz; se tiende a inflar los puestos de jefatura y la base no se atiende... En 2006 los dos máximos responsables oficiales dimitieron por el modo de gestión dictatorial, la obsolescencia de los materiales… entre otras causas. Hay compañeros que llevan 30 años trabajando en el cuerpo que dicen que, en cuanto a funcionamiento, nunca lo han visto tan mal”.
El colectivo denuncia que no ha tenido un aumento salarial desde 2003 y que su último convenio fue firmado en 2007.
Si el presupuesto destinado a medios materiales venía siendo del 8% al 12%, sostienen, desde que entró Gallardón se rebajó al 2,5%, y en 2010 fue del 1,5%. Una de sus principales reivindicaciones gira en torno a la antigüedad y al mal estado de los equipos de seguridad y del parque móvil, “lo que hace peligrar tanto nuestras vidas como las de las personas que rescatamos. Nuestro material de rescate no está homologado; algunos equipos, como el de descarcelación, para accidentes de tráfico, no son compatibles; los equipos de protección individual están muy obsoletos, hay coches de emergencia con más de 20 años y el coche taller tiene matrícula GH, de hace 27 años”.
La recomendación europea, aunque no vinculante, está en un bombero por cada 1.000 habitantes (“muy pocas ciudades lo cumplen”), lo que supone que Madrid tendría que tener una plantilla de 3.200 bomberos, cuando solo llega a los 1.400.
Seguí nos pone como ejemplo Berlín, “que con una población similar y una infraestructura urbana menos problemática, tiene una media de 40 escalas (coche con escaleras para siniestros en altura), y en Madrid, en verano, a veces tenemos seis operativas, y el resto del año entre nueve y 12 en el mejor de los casos”.


ÚLTIMOS ACONTECIMIENTOS

La Sala 34 de lo Contencioso-Administrativo dictó hace unos días una resolución que acepta las medidas cautelares solicitadas por los bomberos de Madrid, por la que, de momento, se suspenden las guardias obligatorias que estos debían hacer en sus días libres. Otra resolución, esta vez del director general de Emergencia del cuerpo, responsable también de lo anterior, niega a estos trabajadores el derecho a cambiar las guardias, mientras que a ellos sí pueden modificárselas con 48 horas de antelación, “lo que pone de relieve la falta de personal”.
Por primera vez en su historia este colectivo fue a la huelga el día 1 de febrero, una huelga que no fue tal porque, ante la exigencia del Ayuntamiento de un 100% de servicios mínimos, decidieron ir todos a trabajar. El sueldo de ese día, más de 10.000 euros en total, lo donaron a Médicos sin Fron-teras.
El pasado 27 de febrero se manifestaron, “de forma cívica y festiva”, por el centro de la capital. Cuentan con el apoyo unánime de las asociaciones de vecinos madrileñas, junto con las que realizarán nuevas movilizaciones en las próximas semanas, “porque las vías se agotan y el alcalde se cierra a la negociación: abril será un mes difícil, estamos todos al límite”.

Cristina Sánchez

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