Crece la tensión en la cocina fantasma de José Calvo, 10

Los vecinos afectados aseguran que “siempre hemos tenido muchos problemas, pero ahora más”


Fue la primera cocina fantasma que se instaló en Tetuán, allá por mayo de 2021, y también es la más grande de todo Madrid. Está funcionando en la calle de José Calvo, 10, con 21 cocinas en su interior y 779 metros cuadrados. En todo este tiempo, dos años y medio, los vecinos de la zona están teniendo que soportar los malos olores y el humo que desprende la chimenea, así como el ruido que generan los repartidores que van y vienen y se quedan esperando en la calle, hablando, bebiendo, fumando, a que salgan los pedidos para llevarlos a los domicilios, además de socavones por el paso de grandes camiones y hasta un incendio en el interior del local. Han convocado manifestaciones, se han recogido firmas y se han reunido con todos los grupos políticos para que se cerrase, pero sin éxito.

Incluso, la ex concejala del Grupo Mixto-Recupera Madrid en el Ayuntamiento, Marta Higueras, interpuso una demanda referente a la licencia que tiene esta cocina, en un juzgado de lo Contencioso-Administrativo. Sin embargo, la jueza la desestimó a finales del pasado mes de octubre, debido a un defecto de forma del planeamiento urbanístico, que obligaría a revisar todas las licencias otorgadas a estos negocios, así como por la inseguridad jurídica que se generaría.

De mal en peor

Nada ha dado resultado y la cocina fantasma sigue a pleno rendimiento, si bien ahora “tenemos más problemas que antes y esto cada vez va a peor, porque los repartidores se sientan en nuestros portales, obstruyen la puerta y nos faltan al respeto, nos amenazan e incluso han llegado a agredir a un vecino y hay quienes tienen miedo y ya no salen de su casa”, aseguran los afectados.

Esta situación ha provocado que la policía, tanto nacional como municipal, se haya personado en varias ocasiones en la zona, “pero cuando se van, vuelven los problemas. Hasta hemos hablado con la encargada del negocio y nos dice que no puede controlar lo que pasa en la calle, así que todo está lleno de basura, botellas, colillas… es una porquería. Además, a las ocho de la mañana llegan los camiones con la mercancía y aquí no hay quien duerma”.

Hasta el momento, lo único que se ha solucionado es la colocación de bolardos en la misma puerta de la cocina fantasma para evitar que aparquen furgonetas y camiones, cumpliéndose así una de las promesas que la concejala de Tetuán, Paula Gómez-Angulo, realizó a los vecinos en la visita que hizo a la zona en el mes de julio, quien también se ha comprometido a modificar el horario de carga y descarga, que ahora es de 24 horas.

En definitiva, así están las cosas en la calle de José Calvo, donde la cocina fantasma sigue funcionando para desesperación de los vecinos, en un clima de tensión que va en aumento. 

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