“De huerta a huerta”, y tiro porque me brota

Recorrido ecológico-artístico por los “Paisajes de Tetuán”

Nada mejor ahora que empieza el buen tiempo que una excursión dominical “de huerta a huerta”, como la que se llevó a cabo el pasado 14 de junio. La comitiva partió del Huerto urbano de La Ventilla, ubicado en la calle de los Mártires de la Ventilla, que desde hace años se ha convertido en un lugar de reunión de los vecinos. Los niños pueden jugar en la zona infantil, siempre que vengan acompañados por un adulto, y los mayores leer en los sillones que hay a la sombra. Es un espacio comunitario, donde cada uno aporta lo que quiere y lo que puede. El mayor de sus problemas es que no tienen toma de agua, lo que supone que regar se convierta en una odisea con garrafas desde la fuente.


Según Ricardo Higueras, arquitecto de profesión y fundador del proyecto tierra-aire en la Huerta: “La idea es recuperar espacios sobredimensionados que no funcionan a nivel urbano, destacando el carácter terapéutico de la psicología ambiental, tan necesaria para la reconstrucción de un distrito como Tetuán, que cuenta con tantos descampados a los que sería posible darles una verdadera utilidad”.


Después de esta concienciación ecológico-psicológica, el grupo formado por unas 30 personas transitó por las calles para conocer cómo y por qué se han ido desarrollando históricamente los diferentes barrios del distrito. En el camino fueron explicándose las distintas acciones artísticas realizadas dentro del proyecto “Paisajes de Tetuán”, que busca la regeneración urbana y la reacción de los vecinos frente a su entorno. Este grupo multidisciplinar, junto con dos asociaciones vecinales (Ventilla-Almenara y Cuatro Caminos-Tetuán) y la participación del Centro Municipal de Salud, organizó esta enriquecedora experiencia, para mostrar un Tetuán recóndito, pero emergente.

Agua y buena cosecha

Y, como decía el título, “de huerta a huerta” se terminó la expedición con la visita a la Huerta de Tetuán, ubicada en la calle del Matadero. Un espacio que, a diferencia del de La Ventilla, sí tiene toma de agua, y que en poco más de un año ya cuenta con una buena cosecha. Al igual que su “vecina”, no sólo se dedica al cultivo, sino que también realiza talleres diversos.


Este espacio autogestionado está dirigido por el colectivo Moenia, que organiza todo tipo de fiestas para financiar las necesidades básicas de la huerta, aunque los recursos están a disposición de cualquiera, siempre que se respeten unas normas de convivencia.


En definitiva, lo que está claro es que cuando se cede un espacio comunitario la ciudad responde, y lo que es mejor, participa. Por lo que, si las necesidades de compartir experiencias y colaborar en proyectos comunes existen, lo que hace falta es cuidar y expandir este tipo de lugares donde se practican y funcionan.

Laura Conde



  Votar:  
Resultado:0 puntos0 puntos0 puntos0 puntos0 puntos
  0 votos

Deje un comentario

Para dejar su comentario identifíquese o regístrese.