El banco del tiempo de Tetuán recluta interesados en hacer intercambios

Más de 100 personas inscritas en sus dos años de vida

El Silo de Tiempo es toda una referencia en el espectro de los bancos del tiempo de la región, entidades sin ánimo de lucro que gestionan intercambios entre los vecinos. En líneas generales, uno presta ayuda en actividades que domina y solicita la de otros para tareas que desconoce, desde poner un enchufe hasta dar clases de cocina (evitando arreglos de envergadura, que perjudiquen a los profesionales), o cuando una necesidad apremia, como ha sucedido en varias ocasiones en Tetuán: un chico que pidió que le lavaran la ropa porque se había estropeado su lavadora; una mujer de 87 años que debía arreglar las lámparas y persianas de su casa; varias personas que se mudaban y no podían pagar a alguien para el cambio de vivienda, o, de manera más grave, un hombre de 50 años que perdió su trabajo y necesitaba nociones básicas de informática.


“Además de recuperar el sentido de la vecindad, ese es el verdadero espíritu del Silo: ayudar a la gente que lo está pasando mal”, coinciden tres de sus integrantes en una de las reuniones semanales en el local de la Asociación de Vecinos Cuatro Caminos-Tetuán (San Enrique, 16), donde el día 6 celebran un encuentro especial desde las 7 de la tarde para conocerse unos a otros y promover así los intercambios.


El banco del tiempo de Tetuán no fue de los primeros en aparecer, pero ha servido de modelo a otros que en los dos últimos años se han creado en distintos barrios. Algunos de sus miembros han dado incluso el salto a la enseñanza grupal, impartiendo talleres en el centro social La Enredarera de Tetuán. Aparecen en un documental sobre los movimientos sociales, y hasta unos periodistas japoneses y un profesor de la Universidad de Nottinghan (Reino Unido) se han interesado en su proyecto.


Un problema generalizado


Desde hace más de un año, el Silo forma parte de la Red de Bancos del Tiempo de la Comunidad de Madrid, donde más de 30 organizaciones comparten sus experiencias para mejorar su funcionamiento y hacer posible que un usuario de Vallecas pueda solicitar un servicio en el Barrio del Pilar. Bancos del tiempo de Ayuntamientos, universitarios, de la Iglesia católica o del movimiento 15-M conforman esta diversa red que se enfrenta a un mismo problema: el descenso de los intercambios.


El número de inscripciones va en aumento, pero, extrañamente, no así la actividad del grupo. Según sus organizadores, casi todas las semanas alguien nuevo se incorpora al Silo de Tiempo, que ya cuenta con más de 100 miembros, mientras que los intercambios no pasan al mes, por lo general, de la decena.


Para Marcelo, uno de los “sileros”, esta situación se debe a que “las revoluciones de ahora son poco consistentes”, y recuerda que ha sucedido algo similar en la Asamblea Popular de Tetuán. “Para participar en algo así, te tiene que doler por dentro. Tiene que haber una convicción interior”, añade. Cada uno tiene su teoría. Juanjo, otro de los fundadores, apunta que hay mucha gente generosa, pero cree que “no se tiene el hábito de pedir, de compartir”. Cambiar esa mentalidad sería el mayor paso de los bancos del tiempo, dice Juanjo, “pero para eso hay que recorrer un largo camino”. El 6 de noviembre hay un encuentro para que los “sileros” se conozcan y hagan así más intercambios.


Puedes inscribirte en el Silo de Tiempo en la asociación de vecinos, los miércoles de 19 a 21 horas, o a través del correo electrónico: silodetiempo@gmail.com.

Cristina Sánchez


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