Un año de la llegada del virulento ‘vecino’ que vació las calles y plazas de Tetuán

Este mes se cumple el primer aniversario del estado de alarma provocado por la pandemia


Llevábamos semanas oyendo sobre el virus que masacraba China, y que ya había dejado a Venecia sin Carnavales, pero no fue hasta el lunes 9 de marzo cuando nos dimos de bruces con él, con el anuncio del cierre de todos los colegios madrileños dos días después. Tras ellos fueron cayendo precipitadamente los polideportivos, centros culturales, bibliotecas… en principio 15 días, pero al sexto toda España entraba en estado de alarma: comenzaba el confinamiento y el cierre era ya total salvo para el comercio de primera necesidad.

Antes había llegado el miedo y las compras compulsivas, pero el papel higiénico fue dejando paso a la búsqueda desesperada de mascarillas, guantes y desinfectantes, aparentemente únicos escudos contra el virus.

En apenas dos semanas, Tetuán dejó de ser el barrio de siempre: se suspendieron todas las fiestas y comenzamos a poner rostro a las malas noticias –Alicia, “Chato”, Tatary…–; en Bravo Murillo atronaba el silencio, que solo rompían las sirenas y, por la tarde, los aplausos a los sanitarios, único asidero de esperanza. Con los parques precintados y la única presencia humana restringida a las colas de los supermercados, hasta los jabalíes se atrevieron a bajar a las calles.

Como respuesta al shock, brotó la solidaridad. Vaya si lo hizo. Voluntarios y grupos vecinales se organizaron para auxiliar a los vulnerables, mientras mercados y tiendas de barrio recuperaban su protagonismo. Poco a poco, el barrio revivía, llegaba la desescalada, los primeros paseos, los reencuentros familiares y un verano casi normal a cuya vuelta regresaron los temores. La curva se nos vino de nuevo encima, se recrudeció la incompetencia política, luego una nueva recuperación y, tras las vacaciones y Filomena, la tercera ola. Esta vez, sin embargo, contamos con otra arma, lenta pero más pesada: la vacuna.

Cuando faltan unos días para que se cumpla un año desde que todo cambiara, os dejamos el último párrafo de la crónica que escribimos 20 días después de aquel 9 de marzo de 2020: «Este barrio que ahora vemos interrumpido desde los balcones o camino de la compra, se volverá a llenar de gente y de vida, no lo duden. Tetuán –Madrid, toda España– saldrá de esta. Esa noticia se la vamos a contar seguro, vecinos». Ya queda menos.



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