“CREO QUE ESTA MEDALLA VA A DAR UN IMPULSO A NUESTRO DEPORTE”

El Centro Nacional de Esgrima, ubicado en el barrio de La Ventilla (calle del General Aranda, 18), abrió sus puertas al público a partir de la celebración de las Olimpiadas de Barcelona ´92, con el objetivo de fomentar el relevo de los tiradores nacionales. Con el propósito de dar a conocer la práctica de la esgrima, este equipamiento deportivo, erigido como uno de los mejores de Europa, está abierto a todas las personas que deseen practicarla. Para ello se organizan cursos periódicos, dirigidos a todas las edades y niveles. Por sus instalaciones han pasado espadas de renombre como Manuel Pereira (Campeón del mundo), Francisco Guerra (Subcampeón del mundo a florete), y entre 1989 y 2006 el Equipo Nacional al completo, en el que se encuentra José Luis Abajo, “Pirri”, medalla de bronce en las recientes Olimpiadas de Pekín, quien concedió una entrevista a “Tetuán 30 días”. Tetuán 30 días: En primer lugar, ¿cómo ha sido la experiencia vivida en los JJOO de Pekín? Respuesta: La experiencia de los Juegos ha sido inolvidable, desde que bajé del avión al principio y nos dieron la acreditación, hasta la vuelta a España con la medalla colgada. T30d: ¿Qué sintió al proclamarse medalla de bronce en espada? R: Estoy viviendo un sueño con esta medalla. Me siento muy afortunado por haber conseguido sacar mi mejor esgrima ese día, el 10 de agosto. Íbamos muy preparados, pero no es fácil que te salga todo bien el día de la competición. T30d: Más meritorio si cabe es el hecho de haber ganado la primera medalla olímpica de la historia de España en la modalidad de esgrima, que, por otro lado, es el único deporte olímpico de origen español. ¿Qué sensaciones le produce esto? R: Es un trabajo de mucha gente y nos lo hemos “currado” mucho. Toda la Federación y toda la gente de la esgrima se merecían esta medalla; he tenido además la bonita coincidencia de que fuera la número 100 en unos Juegos, y eso la hace algo más importante para los estadistas. T30d: A sus 30 años recién cumplidos, la de Pekín era su primera cita olímpica, y además arrastrando molestias en la espalda. ¿Cómo consiguió superar estos obstáculos? R: Soy muy cabezón, y cuando me propongo algo intento dar el máximo de mí para conseguirlo. Llevaba toda la vida esperando ese momento y ni mi espalda ni nadie iban a fastidiarlo. T30d: Dejando a un lado su gran hazaña en los JJOO, ¿cómo ve el deporte de la esgrima hoy en día, y qué futuro le augura? R: Creo que esta medalla va a dar un impulso a nuestro deporte, y lo que no se puede negar es que la gente habla mucho más de la esgrima desde los Juegos. Tenemos que aprovechar el tirón y darle un empujón. T30d: En cuanto al entrenamiento y la dedicación, ¿es muy duro ser un tirador profesional? R: Es una forma de vida, cada uno lleva la suya. A mí me parece muy duro sentarme ocho horas frente a un ordenador. Cuando haces lo que te gusta, y además puedes vivir de ello, eres un privilegiado. T30d: A excepción de los dos últimos años, hasta 2006 estuvo acudiendo al barrio de La Ventilla a practicar en el Centro Nacional de Esgrima. ¿Cómo fue su experiencia en este equipamiento deportivo? R: Sin duda, el Centro Nacional era nuestra segunda casa, y a veces la primera… Pasé entrenando allí unos ocho años y guardo muy buenos recuerdos, desde los comienzos, cuando tenía que ganarme el puesto con los mayores, hasta el final, cuando venía gente nueva a intentar quitártelo a ti. Entrenábamos todos los días, y en ocasiones mañana y tarde. Fue la época en que más entrené de toda mi carrera deportiva. T30d: Por último, ¿cómo es ahora su día a día? ¿Ha dejado a un lado la vida pública para dedicarse más a su familia (a su esposa y a esa hija de pocos meses a la que dedicó su triunfo) o sigue concediendo entrevistas a los medios? ¿Cómo ve los años venideros, profesionalmente hablando? R: Ya he vuelto a los entrenamientos después de las vacaciones y sigo muy pegado a los medios, pero estoy encantado, creo que hay tiempo para todo. Dar a conocer al gran público la esgrima es ahora uno de nuestros objetivos. CRISTINA SÁNCHEZ