‘Todo va a salir bien’, de Hugo García, un relato sobre la fragilidad de la salud mental y las adicciones

Este vecino ganó en 2022 la categoría de relato corto para residentes del Certamen Leopoldo de Luis


Madrileño, del distrito de Latina, Hugo García aterrizó en Tetuán en el año 2014 y, desde entonces, vive en la misma casa, en la zona de Bellas Vistas. Pero no solo su vida gira en torno a estas calles, también su trabajo. Este escritor amateur se encarga de la comunicación de la sala de conciertos Moby Dick, ubicada en la Avenida de Brasil, 5, de forma que lo que comenzó siendo un bar del que era uno de sus clientes asiduos se convirtió en su lugar de trabajo. Este vecino destaca que lo que hace de Tetuán un distrito único es su capacidad para haber mantenido su esencia y haber logrado evitar la gentrificación, algo que pocos espacios dentro de la M-30 han conseguido.

Además, también señala sus contrastes: “Yo trabajo en Azca y muchas veces enfilo las calles Alvarado y Carolinas, que tienen casas bajas y parece que estás en un pueblo, pero al fondo vislumbras la Torre Picasso, que también está en el distrito”. La curiosidad y la observación son dos cualidades que le han llevado a interesarse por la escritura y la literatura desde que era un niño. De hecho, con 11 años se presentó a su primer certamen, con el que obtuvo la distinción del ‘Premio Especial’ que entregaba el entonces alcalde Enrique Tierno Galván. Y, casi cuatro décadas después, se ha hecho con su segundo premio, en este caso en la categoría de relato corto para residentes del distrito, que otorgó el pasado mes de noviembre el XIV Certamen Leopoldo de Luis de Poesía y Relato Corto.

Tal y como explica, en su trabajo constantemente está escribiendo y editando textos, por lo que a veces, por falta de tiempo y otras por pereza, cuando llega a casa le cuesta encontrar ese momento para dejar fluir su imaginación. La mayoría de los días opta por leer. “Sobre todo, novela contemporánea”, comenta, mientras afirma que de vez en cuando revisita algún clásico. Entre sus favoritos se encuentran Milan Kundera, Irène Némirovsky, John Steinbeck, Truman Capote o Tennessee Williams, aunque no se olvida de la literatura latinoamericana, donde no faltan Mario Vargas Llosa, Jorge Amado, Miguel Ángel Asturias y, por supuesto, Gabriel García Márquez: “Cada vez que leo algo suyo me da mil vueltas la cabeza”. Ya en España enumera una serie de nombres, pero resalta que, de Antonio Muñoz Molina y Almudena Grandes, “me he leído todo”. Ahora está centrado en la literatura europea, con ‘Baba Yagá puso un huevo’, de la croata Dubravka Ugrešić.

Cuando llegó la pandemia, en 2020, muchas personas lograron sacar el tiempo para desempolvar algunas de sus aficiones olvidadas e, incluso, que afloraran otras nuevas. En el caso de Hugo su reencuentro fue con la pintura y, sobre todo, con la escritura. “De esos meses salieron bastantes cosillas, pero todas eran experiencias personales o estaban muy ligadas con personas que conozco, como es el caso del relato con el que me presenté a este premio”, declara. En la mayoría de las ocasiones se las queda para él, porque reconoce que, simplemente, se trata de una experiencia terapéutica donde no necesita más y le da cierto pudor mostrarlo.

No obstante, en este caso hizo una excepción y Tetuán ha podido descubrir ‘Todo va a salir bien’, un relato donde las drogas y la salud mental se erigen como las protagonistas. Partiendo de una historia cercana, reflexiona sobre cómo determinados problemas mentales provocan que sea más sencillo caer en adicciones y algunos tipos de dependencia, y todo el estigma que este tema genera en la sociedad. De este modo, en su relato el autor trata de mostrar la otra cara de la moneda y profundizar en lo que hay detrás. Es decir, qué ha ocurrido para que una persona llegue hasta una situación extrema y se plantea qué hubiera sido de su personaje principal, si hubiera tenido acceso a otro tipo de ayuda o si la sociedad hubiera sido capaz de comprender determinados temas, en vez de guardarlos debajo de la alfombra como si de una vergüenza se tratara.

Después de darle muchas vueltas y, gracias al apoyo de su hermana, decidió compartirlo. “Me lo pensé muchísimo”, añade. Y es que este texto vio la luz en marzo de 2020, pero no fue hasta la pasada primavera cuando se decidió a presentarlo a un concurso. Cuando le notificaron que había ganado, en su cabeza solo había sitio para la “satisfacción” y el “reconocimiento”, pero, al día siguiente, “ya estaba escribiendo algo nuevo”.

Este certamen literario representa un empujón para que Hugo siga compartiendo su trabajo. Pensando en él y en todas las personas que se puedan encontrar en una situación similar, propone involucrarse más con la cantidad de actividades que existen en los distritos, ya sean municipales o puestas en marcha por las asociaciones: “Por suerte, el tejido cultural y vecinal de Madrid es bastante rico y creo que en Tetuán especialmente”. Además, reconoce que visitar los centros culturales y sus exposiciones, las asambleas, las actividades vecinales o los huertos también es una forma de cuidar la ciudad y quererla, empezando por lo que está más cerca, los barrios y los distritos.


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