Tiziano-Dulcinea: el PERI de nunca acabar

Un centenar de familias siguen esperando soluciones a sus viviendas

El Plan Especial de Reforma Interior (PERI) Tiziano-Dulcinea –delimitado por las calles de Bravo Murillo, Jaén, Dulcinea, Tiziano y Teruel– se inició en el año 1991 y aún no vislumbra su final. En todo este tiempo, la historia del PERI ha estado llena de sobresaltos para las familias afectadas, desde que en 1994 se constituyera una Junta de Compensación para realizar este Plan por medio de la iniciativa privada, a través de la cual los vecinos entregarían sus propiedades recibiendo a cambio una vivienda nueva de igual superficie a la aportada, libre de cargas.


No obstante, en 2006 la situación dio un giro radical, cuando los vecinos descubrieron que la promotora inmobiliaria encargada de construir los pisos había hipotecado el suelo y las viviendas al Banco Pastor, que pasó a convertirse en propietario de los terrenos y comenzó a ejecutar desahucios. Los propios vecinos, constituidos en la Asociación de Afectados por el PERI Tiziano-Dulcinea (Apetidu), se movilizaron inmediatamente y llevaron el problema ante la justicia que, sin embargo, falló a favor de la entidad bancaria. Afortunadamente, plantearon un recurso de amparo al Tribunal Constitucional, que admitió a trámite el recurso y ordenó la suspensión de los desahucios.

VÍAS DE SOLUCIÓN


Pasan los años y hay pocas variaciones en cuanto a la posible solución a este PERI. Lo que sí se ha producido es la absorción del Banco Pastor por parte del Banco Popular, que celebró una Junta de Accionistas el pasado 13 de abril en la que intervino la presidenta de Apetidu, Susana Ochovo, exigiendo respuestas. Como ella misma ha explicado a “Tetuán 30 días”, “el Banco Popular está adoptando una actitud distinta, aunque hasta ahora con los mismos nulos resultados. Aparentemente ha iniciado un proceso de diálogo, lo que es una mejora respecto a la situación anterior. Sin embargo, las negociaciones se eternizan por su falta de respuesta y concreción ante nuestras propuestas”.


Para Susana Ochovo, “en la situación en la que nos encontramos sólo caben dos alternativas: el acuerdo o el que ambas partes se lo jueguen todo en un juicio en el que se cuestione el fondo del asunto acerca de la concesión de los préstamos hipotecarios que en su día fueron demandados, aunque tarde, por la Administración Concursal, pero sí en fraude de acreedores, lo que prolongaría más aún este interminable asunto”, y prosigue afirmando que “nosotros seguimos intentando por todos los medios alcanzar un acuerdo, pero después de más de dos años de frustrantes negociaciones, si el banco no reacciona nos veremos obligados a optar por la vía del enfrentamiento, tanto en los tribunales como fuera de ellos”.


Así pues, el PERI Tiziano-Dulcinea continúa siendo noticia 24 años después de su puesta en marcha. Y a la vista de su realidad actual, todavía dará que hablar.

Juan Carlos M. J.


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