2.500 familias del distrito reciben apoyo alimenticio

Según el estudio presentado por la Mesa contra la Exclusión de Tetuán

El pasado 4 de abril se presentó, en la Junta Municipal, el estudio “Insolvencia alimentaria en el distrito de Tetuán”, un diagnóstico realizado por la Mesa contra la Exclusión y por los Derechos Sociales de Tetuán, que retrata la situación de vulnerabilidad en la que viven muchos de nuestros vecinos, lo que provoca que 2.500 familias y 9.500 personas (el 4% de los hogares del distrito) necesiten apoyo alimenticio.


En el acto, que contó con una notable asistencia de público, intervinieron los investigadores Carlos Pereda y Martín Carril y la concejala-presidenta del distrito, Montserrat Galcerán. El informe es un encargo de la Comisión de Derecho a la Alimentación, creada el pasado 7 de octubre con el fin de poner en marcha un proyecto promovido por la Junta, pero en el que participaran colectivos, entidades y personas afectadas para mejorar el derecho a alimentación en el distrito, en la línea de la Carta contra el Hambre, un documento suscrito por la mayoría de partidos del Ayuntamiento de Madrid en mayo de 2015.

1 de cada 5 personas sufre insolvencia alimentaria

La cara esencial de esa fragilidad social (la primera parte del documento atiende a una amplia muestra de indicadores, como el paro, el empleo precario, las bajas pensiones, la falta de suministros básicos y la cobertura limitada de prestaciones sociales) está en la llamada insolvencia alimentaria. En el distrito afecta, según este estudio, a un total de 14.000 hogares (entre familias bajo el umbral de riesgo de pobreza: 10.000, y en pobreza severa: 4.000), o lo que es lo mismo, a más del 20% de la población, teniendo en cuenta que la tasa de desempleo en el barrio de Almenara dobla a la de Cuatro Caminos y Castillejos, mientras que el resto de barrios (Valdeacederas, Berruguete y Bellas Vistas) se sitúan en una posición intermedia.

19 puntos de reparto de alimentos

La segunda parte del texto aborda los recursos disponibles en Tetuán, que se ciñen, básicamente, a los 19 puntos de reparto de alimentos existentes, todos de iniciativa privada, ya que, según la Comisión de Estudios, al frente de este trabajo, “la ayuda pública es muy limitada y se reduce a las becas de comedor escolar y las subvenciones de comida a personas mayores”.


La mayoría de estos espacios están gestionados por entidades religiosas (nueve de ellas católicas y cuatro protestantes), otras cinco son organizaciones de beneficencia, “de diversa orientación”, apunta la investigación, y otro punto surgió con el Movimiento 15-M y es gestionado por las propias familias receptoras. De todos esos puntos, 12 recurren al Banco de Alimentos de Madrid (FESBAL) y cinco a Cruz Roja.


Carlos Pereda hizo hincapié en que de lo que nos habla este estudio no es de hambre, sino de malnutrición y “subnutrición”, “de no tener recursos para mantener una vida sana”.


Por otra parte, se informó a los presentes de la realización de un taller en el Centro Social Comunitario Josefa Amar, que llevará por título “Yo me lo guiso, yo me lo como”.

Cristina Sánchez


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