‘Filomena’ destruye los pinos piñoneros de la Dehesa de la Villa

El bosque tiene una nueva oportunidad en la plantación de especies como la encina


La borrasca ‘Filomena’ ha dañado 150.000 árboles de alineación de la ciudad y entre el 60% y el 70% del arbolado de espacios como el Parque del Oeste, el Retiro, la Casa de Campo o la Dehesa de la Villa. Una “masacre” arbórea que, en este último bosque lindante con el distrito, puede encerrar una oportunidad, según explica en un interesante vídeo Andrés Revilla, miembro de la Asociación para la recuperación del bosque autóctono (Arba).

Aunque por el momento no han podido ser evaluados los desperfectos ocasionados por la nieve en la Dehesa de la Villa, un breve paseo basta para contemplar cómo ‘Filomena’ ha arrasado su frondoso pinar , destruyendo prácticamente todas las copas de los pinos piñoneros, el árbol dominante en el bosque, pese a no ser una especie propia del interior. 

“Es un desastre natural. Los pinos han reventado por una nevada como nunca ha habido en Madrid”, comenta Revilla. El temporal ha dejado espesores de 50 y 60 centímetros en el bosque, “una cantidad de peso descomunal”, que lo ha convertido “en un vertedero de ramas colgando o en el suelo y copas desparecidas”.

“La hora de las encinas”

Ahora llega el momento de limpiar y retirar las ramas, si bien “lo ideal sería hacerlo in situ, dejando incorporado al suelo todo el material vegetal generado, toda la biomasa”, añade. Además, habrá que equilibrar las copas de los que se puedan salvar, sanearlos y vigilar fisuras en troncos y ramas, ya que los pinos supervivientes serán “árboles potencialmente muy peligrosos, queda mucho invierno por delante y días de viento”.

No obstante el desastre, dese Arba se cree que la situación puede encerrar una oportunidad “para reconstruir” la Dehesa de la Villa, y dar una oportunidad a las encinas, una especie de la que varias plataformas llevan años plantando–primero vecinales y luego con apoyo del Ayuntamiento–, y que, entre sus ventajas, figura que sí es una planta autóctona y se adapta mejor a esta situación, algo que también se ha podido comprobar con el pino carrasco, los fresnos o los almendros. “Si la dehesa hubiera sido un encinar, el encinar que fue, no estaríamos hablando de este problema, que se ha dado por la masiva presencia de piñonero”.

Peligro con el deshielo

Revilla advierte de otro problema que la Dehesa de la Villa va a sufrir inmediatamente, cuando la nieve comience a derretirse de modo masivo. “Serán millones de litros de agua, escurriendo y penetrando en un suelo donde viven árboles descompensados, a lo que hay que sumar el viento, lo cual conllevará mayor peligro”. Una circunstancia que llegará antes de retirar todos los restos del suelo o que cuelgan, e incluso antes de que se pueda evaluar, “por o que hay que evitar que la gente esté en zonas de peligro”.

Para finalizar, este miembro de Arba insiste en la necesidad de “triturar y astillar toda la materia orgánica en el propio suelo para que se incorpore, ayude a enriquecerlo y evite su erosión”. Una ocasión que incluso podría favorecer a la fauna de nuestro bosque urbano: “Hay 72 especies de pájaros nidificantes, pero faltan más aves, más mamíferos. La Dehesa de la Villa tiene un potencial enorme, y tiene la oportunidad de, a partir de ahora, seguir madurando y reconvertirse hacia una mayor biodiversidad”.

Foto: Antonio Ortiz.


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1 comentarios

  1. Carlos García | 25/01/2021 12:12h. Avisar al moderador
    Estimados: No es periodismo publicar opiniones sin contrastar. ARBA y este señor dan una opinión. Plagada de errores. Los enumero: 1.- No, la encina no está más adaptada a las nieves que el pino. No hay más que dar una vuelta por el Pardo. Las encinas de gran porte de la Dehesa (parte baja junto al cedral) tampoco han aguantado el peso de la nieve. Los pinos rectos equilibrados casi no ha sufrido. 2.- El pino piñonero es autóctono de Madrid, y está perfectísimamente adaptado a las duras condiciones de la Dehesa: Suelo pobre, arenoso y muy alterado por el pisoteo de visitantes. 3.- La encina ha tenido muchas oportunidades en la Dehesa, pero en muchas zonas del parque no se da. No puede agarrar. A pesar el esfuerzo que muchos hemos hecho en sucesivas plantaciones, las pequeñas encinas mueren. 4.- Plantear esta nevada como una oportunidad para el cambio de especie es desconocer ambas especies, desviar el principal problema del parque (erosión y compactación del suelo) y por tanto perjudicar la conservación del mismo. ¡¡¡DEFENDAMOS LA DEHESA DE ARBA Y DE LA EROSIÓN!!!    

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