El comedor social que atiende a casi 6.000 personas al mes

La Orden de Malta cumple tres años en La Ventilla

La calle de la Costa Verde, 15, en Almenara, tiene vida propia. Por las mañanas sus puertas permanecen cerradas para descansar y poder dar la bienvenida a las casi 250 personas que acuden cada tarde al comedor social “San Juan Bautista”, el tercero de la Orden de Malta que funciona en la ciudad, y que acaba de cumplir tres años en el barrio. Esta institución, que opera bajo la Fundación Hospitalaria de la Orden de Malta en España, da de comer a cerca de 800 personas, 500 de ellas en Madrid, en un solo día.


La lucha contra la pobreza es uno de los objetivos generales de la Orden de Malta en España, que aplica diversos enfoques para aliviar las dramáticas consecuencias de la población que carece de los recursos para satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas, tales como la alimentación, la asistencia sanitaria y la higiene. El comedor abre de lunes a sábado de 17:00 a 19:00 horas y con su funcionamiento, además, quiere evitar la exclusión social. La falta de participación de segmentos de la población en la vida social, económica y cultural de nuestra sociedad, debido a la carencia de derechos, recursos y capacidades básicas. Hay que señalar que son muchas las personas de hogares sociales con renta mínima que acuden al comedor social y que ha crecido proporcionalmente el número de españoles que lo hace.


Acudo al comedor una tarde para conocer de primera mano su funcionamiento. La imagen es desoladora, pero a la vez llena de esperanza. Un elevado número de personas espera fuera del local a que sea su turno y poder recibir un plato de comida caliente. Hay quienes esperan charlando con los demás y quienes, cabizbajos, aguardan su momento de entrar. Dentro, los voluntarios están atentos a cada detalle para que no falte de nada. “Para la Orden de Malta, los voluntarios son totalmente cruciales, son nuestro motor. Sin ellos no sería posible hacer absolutamente nada”, afirma Aline Finat, hospitalaria de la Orden. Desde el equipo de cocina que acude por las mañanas, hasta los voluntarios que cada tarde dan lo mejor de sí para que las personas menos favorecidas puedan disfrutar de lo que es un derecho básico: un plato caliente en la mesa. La generosidad y la empatía son su secreto, lo que les permite dedicar su tiempo a otros. Personas valientes, activas, desinteresadas y con ganas de mejorar las cosas.


Las pasadas navidades la Orden de Malta ofreció dos comidas especiales, en Nochebuena y Reyes, y entregó dulces y alimentos señalados en esas fechas, y siguió dando desayunos todos los domingos.

CENTRO DE ATENCIÓN INTEGRAL

Muy cerca del comedor social, en la calle de Morando, 19, la Orden sostiene también el Centro Social de Atención Integral San Juan Bautista. Éste alberga un ropero, duchas, lavandería, atención médica básica y asesoría jurídica, y está dirigido a todas aquellas personas que se encuentren en riesgo de exclusión social.


Iniciativas como las de la Orden de Malta se traducen en dignidad, esperanza y auxilio, para las numerosas familias que viven situaciones desbordantes que parecen no tener fin.

Alba Bartolomé Oterino


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