En busca de una normativa que regule las cocinas fantasma

Los afectados se sienten decepcionados, porque “no nos han tenido en cuenta”


La proliferación de las denominadas cocinas fantasma, que han surgido durante la pandemia como una nueva forma de negocio, especializada en llevar la comida a los domicilios o delivery, está ocasionando muchas molestias a los vecinos que han de sufrirlas junto a sus viviendas. Es lo que sucede en Tetuán, donde ya funcionan ocho de estas cocinas, entre ellas la mayor del distrito y de toda España, ubicada en la calle de José Calvo, 10, con un total de 21 cocinas en su interior y 779 metros cuadrados de superficie.

Precisamente, la presión vecinal, en forma de manifestaciones, reuniones con los distintos concejales de distrito, con el propio alcalde Martínez-Almeida, y acudiendo a los medios de comunicación, ha posibilitado que la Dirección General de Planeamiento del Área de Gobierno de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Madrid haya tomado cartas en el asunto, y ha presentado un informe propuesta, en el que se modifican las normas urbanísticas que regulan este tipo de actividades contempladas en el Plan General de Ordenación Urbana del 17 de abril de 1997.

En este informe, que fue publicado el pasado 16 de agosto en el Boletín Oficial del Consistorio, se cita textualmente que: “Desde hace meses, el Ayuntamiento de Madrid viene recibiendo quejas generalizadas por la apertura de determinados locales en los que es posible implantar, como uso compatible, el uso industrial, ubicados en zonas de uso cualificado residencial. El problema que se detecta es la infraestructura necesaria para poner en marcha la actividad, las molestias por el trasiego de diferentes medios de reparto de mercancías (coches, motos, bicicletas) y la espera de los repartidores en las inmediaciones del establecimiento para la recogida de las mercancías que tienen que distribuir, así como los problemas de movilidad que tanto estos repartidores como los vehículos que sirven los productos para su elaboración y posterior distribución ocasionan”.

Ante esta realidad, la propuesta municipal se centra en que las cocinas fantasma que se pongan en marcha a partir de ahora no podrán superar los 350 metros cuadrados; los repartidores habrán de entrar con sus motos o bicicletas al local para recoger los paquetes, sin que puedan aparcarlas en la calle, y la carga y descarga se realizará dentro del recinto y no en la vía pública.

Las mismas normas para todos

Sin embargo, estas nuevas normas no convencen a quienes tienen cerca una de estos negocios. Tal y como explica Santiago Navas desde la Asociación de Vecinos Cuatro Caminos-Tetuán y afectado por la cocina de José Calvo, 10, “nos sentimos ninguneados y decepcionados. No han contado con nosotros para escuchar nuestras ideas y propuestas. Han hecho lo que han querido”.

Ahora se abre un periodo de alegaciones, en el que desde la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) se va a solicitar, principalmente que “estas cocinas se implanten en polígonos industriales; también que se revisen las alturas de las chimeneas, que se aporte un estudio medioambiental, que se especifique la distancia de separación entre estos negocios y, sobre todo, que la nueva ley se aplique también a las cocinas que ya funcionaban y no solo a las de nueva creación”.

Y mientras se presentan estas alegaciones, “seguiremos organizando actuaciones contundentes, como acudir con pancartas a los plenos de las Juntas Municipales y al de Cibeles, y preguntar al alcalde y a los concejales de distrito para que nos den respuestas y soluciones”, aseguran desde la asociación vecinal.

Por tanto, compás de espera durante este periodo de alegaciones, mientras se va dando forma a la nueva regulación de las cocinas fantasma.


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