REPÓKER DE DOSES: La Remonta ya remonta

— ¡Vamos! ¡Vamos!

— PaSOtE, ¿qué te pasa que estás tan contento?

— ¡Luz verde a la reforma de La Remonta!

— ¿Y?

— PePita, más de 10 años poniendo velas a San Judas Tadeo, el patrón de los imposibles, y por fin se han escuchado mis plegarias.

— A ver, es que no entiendo nada, ¿qué te afecta a ti si La Remonta está bien o mal?

— Pues mucho amiga. Por culpa de tanto agujero negro, baldosas bailarinas, desconchones… en la plaza ya no hay fiestas, está todo mustio, y mi tía Enriqueta se torció un tobillo y ha estado escayolada más de un mes y…

— Vale, vale, pero ahora ya mi José Luis se ha puesto las pilas y la plaza va a quedar niquelada.

— No sé yo…

— ¿Dudas acaso de la eficacia, la practicidad y el buen hacer de mi equipo de gobierno en el Ayuntamiento, como nunca hubo otro igual?

— Pues, déjame que lo piense… ¡Sí!

— Es verdad que la cosa ha ido lenta, pero segura al fin y al cabo.

— Lenta me parece un adjetivo demasiado generoso… Digamos que no ha ido, sin más.

— Había mucho que hacer. Es una verdadera obra de ingeniería y arquitectura, que merece hacerse con mucho cuidado y mimo, para que los vecinos vuelvan a sentirse orgullosos de su plaza.

— Sí, la peor conservada de todo Madrid.

— Eso se va a acabar.

— Por lo menos, los atletas de la carrera popular ya podrán entrar en meta el año que viene, esperemos, sin tener que ir dando saltos de un lado para otro, para esquivar tanto obstáculo.

— ¡Qué exagerado eres!

— Venga, te invito a dar una vueltecita por La Remonta antes de que empiece su reforma.

— Acepto la invitación y el reto.

(PePita y PaSOtE entran en la plaza).

— ¿Qué te parece amiga? Anda, haz unas fotos y mándaselas a tu José Luis o súbelas a tu Instagram…

— Eh, bueno, esto será historia en breve…

— ¿Cuánto hace que no venías por aquí?

— Pues… ¿años? Ya sabes que mi estatus es de la otra parte de Tetuán y claro. ¡Ay!

— ¡PePita! Vaya, no has visto el agujerillo que tenías delante. ¿Qué ha sido, el tobillo, la rodilla, el dedo gordo…?

— ¡Voy a poner una denuncia y…! Bueno, mejor no. Anda, vámonos. Ya vendremos otro día.

— Sí, eso, el año que viene, cuando esté arreglada. Y mientras, ¡Feliz Navidad! y ¡enhorabuena a Tetuán 30 días por sus 300 números!


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