Aplausos y gracias eternos

Seguramente, la palabra coronavirus sea la más pronunciada en los últimos meses. Nadie había oído hablar de ella y ahora forma parte de nuestras vidas, sobre todo porque nos la ha cambiado radicalmente. Aunque poco a poco comienza la desescalada, no hay que bajar la guardia y habrá que seguir actuando con responsabilidad y sentido común para no dar pasos hacia atrás.

Pero lo que sin duda nunca vamos a olvidar de esta pandemia mundial es a todas esas personas y colectivos que se están enfrentando a ella en primera línea, cara a cara, protegiéndonos y velando por nuestra salud, por que estemos abastecidos de alimentos y también seguros en el confinamiento. Por eso, en ¡Tetuán 30 días nos hemos acercado a sus impresiones, para trasladarles cómo afrontan y desempeñan su trabajo frente al virus. Porque, también se lo contamos en este número de mayo –que volvemos a editar de manera online, disponible en nuestra web−, nuestro distrito es el sexto de Madrid con mayor número de contagios, superando los 2.000, aunque la buena noticia es que se contabiliza una reducción progresiva de los mismos: un informe trabajado, detallado y exhaustivo, donde pueden conocer toda la realidad del coronavirus en Tetuán: tasa de incidencia, el virus por zonas, los casos confirmados y su evolución…

Un virus que combate nuestro personal sanitario, que ya supera los 41.000 contagiados en toda España, y que ha tenido que hacerle frente incluso con material deficiente y escaso, pero ahí están, dándolo todo, muchos de ellos yéndose de sus propios hogares para evitar un posible contagio a sus seres queridos. Ese aplauso diario de cada tarde a las ocho debería ser eterno, incluso cuando ya haya pasado esta pesadilla. Pero más que aplausos, merecen sueldos dignos, contratos indefinidos y material de primera calidad. Están siendo nuestro escudo contra el coronavirus y eso no tiene precio.

Como también merecen nuestro reconocimiento todos los que trabajan en tiendas y supermercados, reponiendo productos varias veces al día para que no nos falte de nada; o el personal de la limpieza; las farmacias; los Servicios Sociales; los voluntarios que derrochan solidaridad; las asociaciones vecinales, y, por supuesto, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que vigilan por el cumplimiento de las medidas de confinamiento. Todos ellos están más expuestos al contagio y ahí siguen cada día. Desde estas páginas, GRACIAS.

Y ahora que vamos viendo algo de luz en este oscuro túnel, con las risas de los niños en las calles, los deportistas en los parques, los mayores dando sus paseos, esperamos que la economía se pueda ir recuperando poco a poco con la reapertura de los negocios y que vayamos siempre hacia delante, pero siempre teniendo muy presente que esta es una lección de vida que no debemos olvidar nunca, sino no habremos aprendido nada. Seamos solidarios, agradecidos y más humanos, ahora y siempre. 

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