María Zayas, la primera novelista española

La escritora del Siglo de Oro tiene una calle y un centro municipal en Tetuán


La madrileña Marías de Zayas y Sotomayor (1590-1661) fue bautizada en la Iglesia de San Sebastián, en la calle de Atocha. Su padre fue capitán de infantería y estuvo al servicio del Conde de Lemos en Nápoles, a donde también viajará nuestra protagonista. Son muchos los aspectos de la vida de María Zayas que se desconocen: sabemos por ejemplo que se casó, pero no las circunstancias de su muerte. Sin embargo, sus obras han perdurado hasta nuestros días.

Su primera novela, Novelas ejemplares y amorosas (1637), con clara influencia cervantina, se publica en Zaragoza. 10 años después publicaría Novelas y saraos, que continuará con una segunda entrega, Parte segunda del Sarao y entretenimientos honestos. También escribirá una comedia, La traición en la amistad, aunque no tendrá mucho éxito en ese género, debido a la abundante competencia de toda la nómina de autores del Siglo de Oro, desde Lope de Vega a Calderón o Tirso de Molina. En 1630, el “Fénix de los Ingenios” dedicaría la silva VIII de ‘El Laurel de Apolo’ al “ingenio tan único y raro” de “la inmortal doña María de Zayas”.

Lope de Vega será clave para María Zayas, al igual que Pérez Montalbán o Alonso de Castillo Solórzano. Su estética ha sido considerada lopista por los estudiosos, debido a que promovía la idea de que la literatura no debería alejarse del lenguaje llano.

Así, su defensa del anticulteranismo será bien temprana: en 1624 encabezó con unas liras el poema Orfeo en lengua castellana, firmado por Montalbán –aunque se sospecha que lo escribió el propio Lope de Vega–.

El feminismo de la ‘Sibila de Madrid’

Castillo de Solórzano la bautizaría como la ‘Sibila de Madrid’, debido al evidente adelanto intelectual de sus textos y sus versos. Zayas destacó en su obra varios valores que hoy consideraríamos feministas: el rechazo radical del trato masculino con las mujeres, la reivindicación de la educación en las artes y las armas para ambos sexos y el derecho a elegir marido. En la introducción a sus novelas, María Zayas decía: “Porque hasta que los escritos se gozan en las letras de plomo, no tienen valor cierto ni firmeza”. Era muy común intercambiar manuscritos en el Siglo de Oro español, pero hasta que no publicabas, no se te consideraba un verdadero escritor.

La España del Barroco fue el país europeo con mayor presencia femenina en el mundo literario y en los escenarios. Los papeles de mujeres fuertes e independientes cobraron mucha importancia. Esta primera novelista tiene su humilde homenaje en nuestro distrito, con la Travesía y el Centro de Servicios Sociales que llevan su nombre, ambos ubicados en el barrio de Berruguete. Por el Mes de la Mujer, hemos querido rescatar esta figura olvidada, cuya presencia en el entorno literario de Quevedo y Góngora determinó su prosa, ensalzando la igualdad entre hombres y mujeres. 


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