Tetuán llega tarde para dedicar una plaza a María Moliner: ya tiene una calle en Madrid

La Junta Municipal intentará poner su nombre a un espacio municipal en esta legislatura


En febrero de 2023, la Junta Municipal de Tetuán aprobó por unanimidad la propuesta de Más Madrid de rendir homenaje a la lexicógrafa María Moliner (Paniza, Zaragoza, 1900 - Madrid, 1981), autora del célebre Diccionario que lleva su nombre, y vecina del distrito durante gran parte de su vida. La propuesta se refería a la designación de un espacio público por determinar en Tetuán, aunque señalaba como opciones la Plaza de Bravo Murillo, 107 –entonces sin denominar, pero que un mes después sería bautizada como Plaza de Juan Muñoz, tras el fallecimiento del escritor y también vecino– o el espacio frente al polideportivo Playa Victoria.

Sin embargo, no será ninguna de estas plazas, ni ninguna otra, ya que, según explicó la concejal-presidenta de Tetuán, Paula Gómez-Angulo, no es posible repetir nombres ya existentes en el callejero de la ciudad, y María Moliner cuenta ya con una calle en el distrito de Hortaleza. Además, la que fuera residente en el número 1 de la calle de Don Quijote, dispone de un colegio público con su nombre en San Blas, una biblioteca en Villaverde, un parque en Hortaleza y un Espacio de Igualdad en Vicálvaro.

Gómez-Angulo añadió no obstante que “la intención es cumplir con la proposición aprobada, pero actualmente no existe una dependencia municipal en Tetuán sin denominación, que pueda recibir el nombre de esta personalidad. En cualquier caso, estoy convencida de que a lo largo de esta legislatura buscaremos un emplazamiento para ese homenaje a María Moliner

Ya en febrero de 2017, el Pleno de Tetuán aprobó una proposición del Grupo  Socialista para rendir homenaje a la lexicógrafa, con la instalación de una placa en su casa de Don Quijote –en la actualidad ya cuenta con una en la calle de Moguer, muy cerca de Tetuán– o nombrar algún emplazamiento en el distrito, “con el fin de perpetuar su nombre y el reconocimiento por la importante obra cultural que supuso su Diccionario”. Incluso se barajó pintar un mural en uno de los laterales de la vivienda, el que da a la escalinata de acceso a Raimundo Fernández Villaverde, si bien finalmente no se llevó a cabo ninguna de las opciones. Siete años después, el tributo a la ilustre vecina sigue haciéndose esperar.

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