Bea, quiosquera: “No tengo pensado cerrar: abriendo pienso que estoy ayudando”

Los negocios del barrio, ante el coronavirus


Todos los días, Bea abre su quiosco en Marqués de Viana, 18, donde lleva vendiendo periódicos y revistas más tiempo de lo que se puede recordar. No es que no esté preocupada por el virus, sólo piensa que así puede ayudar a sus vecinos, igual que muchos le ayudan a ella. Hemos hablado con la quiosquera.

¿Cómo ha cambiado tu día a día durante el estado de alarma?

Estoy preocupada por la gente mayor que no viene y que no sabes si están bien. También ha sido muy duro el tener que estar explicando continuamente las normas para evitar contagios. Al principio nadie se lo creía. Menos mal que ahora ya se lo están tomando más en serio.

He reducido el horario. Ahora estoy abriendo de 8 a 14:30, en vez de abrir desde las 7:30 hasta 16 horas. Vendo menos prensa, pero más revistas. Sobre todo, pasatiempos y revistas infantiles.

También creo que deben de salir menos perritos, porque ya no me encuentro meado el quiosco por las mañanas. El mayor problema son los borrachines, que causan bastantes problemas: escupen, insultan y montan revuelo en la puerta del Alcampo y cerca del quiosco. No son conscientes de la gravedad de la situación o no quieren serlo.

¿Te has visto respaldada por la Administración?

Recibimos información de la Asociación de Vendedores de Prensa, pero todavía no se sabe cuáles van a ser las ayudas, porque depende de cada caso personal. Algunos compañeros tienen problemas familiares y no están trabajando, mientras otros como yo sí estamos abiertos. Así que, de momento, no se sabe cuánto va a percibir cada quiosquero, si se va a cancelar la cuota de autónomos, etc. Por lo que lo más seguro es que cada uno lo solucione con su propio gestor, según sean sus circunstancias.

A nivel comunitario, ¿cómo están siendo las relaciones con los vecinos?

En general estupendas. Mi portero me regaló una mascarilla y guantes. Sinceramente se está volcando en ayudar a toda la comunidad de vecinos, y es el encargado de desinfectar todo el portal para que no nos contagiemos. Gracias a él pude protegerme los primeros días, porque no conseguía comprar mascarillas ni guantes por ningún lado. Con los días he caído en que la ventanita de cristal es la mejor protección. Si hablo desde ahí, aunque tenga que gritar un poco, corro menos riesgos.

Por último, me gustaría destacar que de momento no tengo pensado cerrar porque abriendo el quiosco siento que estoy ayudando. Me siento útil. No sé qué haría en casa todo el día. Al menos así me entero de cómo están mis vecinos, los amigos, y hago algún que otro recado a personas mayores para que no salgan de casa. Además, para muchas personas venir a comprar el periódico les sirve para evadirse unos minutos y salir de casa, aunque sea sólo un ratillo. Mi lema es ¡que sigamos pa’rriba y podamos seguir contando y escuchando historias de nuestros mayores –levanta los pulgares y sonríe–. Si hay alguna manera de vencer a esta enfermedad es con una sonrisa. 


  Votar:  
Resultado:4,2 puntos4,2 puntos4,2 puntos4,2 puntos4,2 puntos
  5 votos

Deje un comentario

Para dejar su comentario identifíquese o regístrese.